El sonido de una campana

No se si me interpretas.
 Lo que quiero leer no es lo que dices, quiero decir, que aparte de ser todo la farsa más verdadera de tu historia, es una pizca de teatro. No este de color rojo y dorado viejo, del de la calle, el natural y más picaro que pobre, si cabe.
 Lo que no se es si entiendes que ver no es sólo desde unos ojos, y que si te digo algo, suelo callarme un poco antes. No a modo de aviso al bajar la cabeza -o apartarla-, a modo de intentar entender las palabras voladoras que están a punto de decirse,a punto de interpretarme una y otra vez y traducir lo que soy a cómo lo soy.
Porque esto de la ética, aunque lo aparentemos nunca ha ido con nosotros. Ni con ellos.
 Ah pero...
Lo que no sabía es que había otros. Otros que veo lejanos, pero se mueven rápido. Ahora se que no hay un tu.
 Cambiará la historia.
Con esa luz le hacia pensar que todo podía ser mas fácil, era como lo del famoso perro que se le caía la baba con una campana. Pero en este caso no había siempre comida, o campana.
Así que, y en contra de algún pronóstico, se vio en un montón de besos y más cosas, todo como bonito y atemporal, así que quiso pararse ahí un ratito. Pero como nunca llevaba reloj, no podía asegurarse de pararlo. Así que no se paró (pero el montón de besos y más cosas  eran ajenos a ello, no a ella.)
Cuándo pudo ver la hora no se sabe con certeza, lo que se le ve son los ojos grises de aguja (de reloj) y la mirada pérdida ( ¿o apartada?) a los besos. o a las cosas (- "a todas?" - "No.")

2 comentarios:

  1. Cómo cambias para no cambiar y seguir siendo tu. Grande amiga, eres grande!

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  2. Sentarme y leer esto ha sido la gran aportación de esta noche, muy bueno. Imposible saltarse estas palabras (valga la redundancia que ahora sigue) "las palabras voladoras que están a punto de decirse". Realmente bueno.
    Que lleguen las buenas noches desde mi escritorio a Londres "questa sera".

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