No me gusta cuando se habla en primera persona, aunque se que es el gancho más concurrido del mundillo actual. Pero las excepciones tienen ese lado oscuro que tanto me gustan -tú fuiste una de ellas-.
Es curioso como compartimos muchas frases emocionantes y motivadoras del día, con las que todos nos sentimos tan identificados, para después seguir robando cada día un poquito a nuestras personas. Somos todos unos ladrones, por eso vivimos en cárceles, aunque les cambiaran el nombre - cuestión de marketing- porque ya estaba cogido para los que por una cosa u otra no habían sido actores, o simplemente se sintieron enfermos.
Y es que las frases bonitas, por muy rebelde que sea uno, parece que no se pasan de moda. Meaburro de aquellos que quieren cambiar el mundo y a ti, al mundo por el suyo, y a ti por el espejo de Alicia y Blancanieves, por frases enteramente vacías que les llenan de orgullo propio y actúan como droga relajante -el insomnio a veces se apodera de los más necesitados-.
Es cuestión de tiempo darse cuenta de que esos detalles de tiendas de souvenir no tienen mucho oficio ni beneficio. Y nos rebotamos como lo hace el péndulo y nos vamos, a buscar otra cosa más verdadera. Aunque tu sabes el problema del péndulo y sus idas y venidas, y el colmo de los que lo miran abobados y cuentan el tiempo del camino. No siempre parece el mismo.
Quizá sea un poco yo, que nunca se me han dado bien los chistes, y no lo pillo. O quizá sea el gusto de todos por la comedia, el humor absurdo y los inteligentes de postal - sin ofender a las postales-
Y volviendo al lado oscuro: No volveré a dar consejos porque no recuerdo la caída exacta que me hizo ser inconformista como suelo, ni el dolor que debió causar el péndulo roto del accidente. Pero ahora puedo saber que las frases baratas no llenan y que los consejos de otros se olvidan por la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario